¿Te Has Preguntado Si Tu Dolor Físico Proviene de una Herida Emocional Antigua?
- Caro Herrera
- May 6
- 4 min read

A veces el cuerpo habla en un lenguaje silencioso que pocos saben escuchar.
Hola Alma Hermosa,
¿Alguna ves sentido alguna vez un dolor persistente, una molestia que no desaparece con medicinas ni reposo? Quizás también hayas experimentado un cansancio profundo, como si llevaras años arrastrando un peso invisible. Y tal vez, como tantas otras personas, te hayas preguntado: ¿qué me está queriendo decir realmente mi cuerpo?
En Shamanic Healing Journey creemos que el cuerpo no solo sostiene nuestra vida, sino que también guarda la memoria emocional de todo lo que hemos vivido. Las heridas no siempre son visibles; algunas duelen en lo profundo del ser, en ese rincón donde la mente consciente ya no alcanza... pero el cuerpo, sí.
En ese grito silencioso, muchas veces está la llave para sanar profundamente.
"Cuando la mente calla, el cuerpo susurra.
Cuando seguimos ignorándolo, empieza a gritar.
Dolores que no tienen una explicación médica clara pueden ser, en realidad, gritos del alma buscando ser reconocidos."
Shamanic Healing Journey
El cuerpo como mensajero del alma es una idea ancestral que resuena en muchas tradiciones de sanación. Cada parte del cuerpo está simbólicamente conectada con aspectos emocionales de nuestra vida. Por ejemplo, el dolor en el cuello puede hablar de rigidez para ver otras perspectivas.
El dolor en la espalda baja suele relacionarse con miedos a la supervivencia o al sostén económico. Problemas estomacales revelan emociones no digeridas, como ansiedad o rabia contenida. Dolencias en los pies podrían estar mostrando un profundo temor a avanzar en algún área de la vida.
La invitación es clara, hay que escuchar, en lugar de silenciar. Preguntarnos: ¿qué emoción he dejado sin atender? ¿Qué parte de mí pide amor y atención?
Cuando las emociones se reprimen, no desaparecen. Se esconden en el cuerpo como pequeños nudos energéticos que, con el tiempo, pueden bloquear el flujo natural de nuestra vitalidad. Esta energía estancada se convierte en un terreno fértil para el dolor crónico, el cansancio inexplicable o enfermedades que parecen no tener raíz física.
En mis sesiones de sanación chamánica, trabajo para liberar esas memorias atrapadas. No desde la lucha, sino desde el amor. Honramos el dolor como un portal sagrado que, al ser atravesado, permite que la energía vital vuelva a fluir, recordándonos nuestro poder de sanación natural.
La medicina ancestral siempre ha entendido lo que la medicina moderna apenas comienza a redescubrir. No somos cuerpos aislados; somos una danza de cuerpo, mente, espíritu, emociones, linaje y tierra.
Cuando nos enfermamos, no solo sufre el cuerpo físico. Algo en nuestro campo energético, en nuestra historia emocional o en nuestra alma, pide ser visto y transformado. A veces ese dolor nace de un trauma en la infancia. Otras veces, son heridas heredadas de nuestros ancestros. En ocasiones, se trata de memorias que arrastramos de otras existencias.
Sanar, entonces, no es solo eliminar síntomas. Es recordar nuestra conexión profunda con la vida, con nuestra historia, y con las raíces que nos sostienen.
Demasiado a menudo, aprendemos a rechazar el dolor. Nos enseñan a taparlo con medicamentos, a juzgarlo como debilidad, a silenciarlo.Pero ¿qué sucedería si cambiáramos el enfoque?¿Qué pasaría si, en lugar de luchar contra el dolor, decidiéramos escucharlo y abrazarlo con compasión?
Nuestro cuerpo no nos traiciona. Al contrario: es nuestro guardián más leal. Es el archivo viviente de nuestras experiencias, tanto de nuestras alegrías como de nuestras heridas.
Abrazar nuestro cuerpo con amor puede ser tan simple como:
Respirar conscientemente hacia la zona que duele, enviándole oxígeno, luz y gratitud.
Aplicar masajes suaves con la intención de liberar, no de castigar.
Practicar meditaciones enfocadas en el diálogo amoroso con la parte afectada.
Escribir una carta de reconocimiento y perdón a la parte de nuestro cuerpo que guarda el dolor.
Cada uno de estos actos es una medicina poderosa. Una medicina que brota del amor y que puede abrir espacios de sanación que ninguna pastilla podría alcanzar. Sanar no es una línea recta. No es un destino donde algún día llegaremos y diremos: "ya está, ahora soy perfecta". Sanar es un viaje sagrado, dinámico, profundamente personal.
Es un proceso de recordar quiénes somos en esencia: seres completos, dignos de amor, capaces de transformarnos y aunque cada camino de sanación es único, algo que hemos visto una y otra vez en nuestra práctica es que el viaje se vuelve más dulce, más poderoso, cuando lo caminamos acompañados.
En Shamanic Healing Journey, estamos aquí para caminar a tu lado. No para darte respuestas prefabricadas, sino para sostener el espacio seguro donde tú misma puedas encontrar tus propias verdades y liberaciones.
Señales de que tu cuerpo podría estar guardando heridas emocionales
Dolor crónico sin diagnóstico médico claro.
Problemas recurrentes en la misma parte del cuerpo.
Sensación de fatiga o cansancio sin causa física evidente.
Síntomas físicos que aparecen tras momentos de estrés o conflicto emocional.
Molestias que empeoran cuando se revive un recuerdo doloroso.
Rigidez o tensión corporal que persiste incluso en reposo.
Si te reconoces en alguna de estas señales, tal vez tu cuerpo esté pidiendo una forma diferente de sanación: Una sanación que honre tu historia emocional, tu alma, y tu verdad más profunda.
¿Qué te quiere decir tu cuerpo hoy?
Te invito a hacer una pausa. A cerrar los ojos, respirar profundo, y preguntarle a tu cuerpo: ¿Qué quieres mostrarme que aún no he querido ver? Puede que la respuesta no llegue en palabras claras. Puede ser un susurro, una imagen, una emoción súbita, pero si te abres a escuchar, habrás dado el primer gran paso hacia tu sanación.
Si sientes que este mensaje resonó contigo, comparte tu historia en un comentario de este blog o en Instagram usando los hashtags #ShamanicHealingJourney y #chenergyhealer. Compartir tu proceso inspira a otros en su camino de sanacion y evolucion.
Recuerda que no estás sola! Sanar es volver a casa y en cada paso de regreso, aquí estaremos.
Con amor infinito,
Shamanic Healing Journey
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